sábado, 10 de noviembre de 2007


“El Tiempo apremia, las horas vuelan, pues el ángel va poniendo ya el sello interno de puerta en puerta”

Cuarta parte

¡Oh, comprended! El adversario, el demonio, ve el gran acontecimiento, ve la gran luz que se acerca cada vez más a la Tierra. ¿Qué dice él a los suyos? “Deberíais ser igual que Dios, rezaos a vosotros mismos, en tanto, eleváis vuestro yo humano cada vez más y crecéis en aquello que os ha sido dado, el ser dios”. Él, el adversario, ve que Yo conduzco a los Míos hacia la herencia divina, hacia su verdadera existencia y ¿qué dice él?: “Ahora es el tiempo en que se puede manipular la masa hereditaria para que no encuentren más su herencia espiritual, para que durante infinitos períodos de luz, él habla de tiempos, para que duré mucho tiempo hasta que el alma encuentre la luz interna”; él sostiene la opinión de que todavía podría construir su reino en base a manipulaciones, pues como habéis escuchado, lo que Yo hago en este mundo y en la atmósfera a través de los Míos, el adversario lo hace también a través de los suyos.

Se confrontan dos fuerzas, la luz y las tinieblas. Y esa lucha se produce sobre la Tierra, sobre el territorio del adversario, y ¿quién está entre medias? Son las personas que una vez se orientan hacia un lado y luego se orientan hacia el otro y que al final no saben lo que quieren, que una y otra vez fomentan sus comportamientos mundanos en lugar de dejarlos; que, por lo tanto, se atan a la herencia humana en lugar de tomar la herencia interna, que no quieren convertirse en seres libres, sino que quieren ser manipulados.

Todo tiene dos partes: “o a favor o en contra, o lo uno o lo otro”. O a favor de Mí, Cristo, o a favor del adversario. Y en esta lucha se encuentran incluso muchos, pero la lucha llegará a su final cuando el hombre tome la decisión a favor Mío, y si en cada situación permanece fiel a su decisión a favor Mío, muy pronto reconocerá que se acerca a él el ángel que pone el sello en la puerta. Pues aquél que verdaderamente tome su herencia espiritual para vivir en Mí será conducido, y él sentirá, de repente, que sólo puede estar allá donde las personas han dado el “SÍ ”, el Sí profundo, verdadero, a Mí, el Cristo, cumpliendo día a día las leyes de la vida interna.

Pues sabed que el pueblo de Dios se está formando, y se llama a todos los hombres para que encuentren el pueblo de Dios, para que lo encuentren a través del “Sí “ del que se compone la realización de la ley eterna. Sólo el venir para estar seguro tiene como efecto la repulsión, pues la persona que solamente aspira a la seguridad en el pueblo de Dios en formación, tampoco tendrá seguridad, el crecimiento interno de muchos lo va a repulsar de forma automática, porque él no encontrará el camino hacia aquellos que están cumpliendo diariamente las leyes. Por eso lo que vale es el “¡Ven!” y en ese venir está contenido el “¡Cumple!”, pues a todos se les llama. Los escogidos forman el pueblo de Dios, y escogido es aquél que cumple las leyes de la vida interna de modo incrementado...

Continúa...

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